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Poisoned coconut palm bases killed by salt water.
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El Niño-Oscilación del Sur (ENOS)

9 de noviembre de 2023

Datos y cifras

  • El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) es una de las fuentes más importantes de variabilidad climática anual en todo el mundo, superada tan solo por la relación entre la Tierra y el Sol que determina las estaciones. El Niño y su contraparte, La Niña, están asociados a unos patrones característicos de precipitaciones y temperaturas, que pueden incluir fenómenos extremos como inundaciones y sequías.
  • El ENOS afecta a muchas zonas del planeta, pero su impacto es mayor en los trópicos, en particular, en países y zonas de África, América Latina y Asia Sudoriental y Meridional especialmente vulnerables a los peligros naturales.
  • El ENOS altera las condiciones climáticas, lo que puede tener graves consecuencias en los principales determinantes de la salud a causa, entre otros factores, de los efectos en la seguridad alimentaria, la calidad del aire y del agua, los ecosistemas y la seguridad de la infraestructura de salud. El ENOS también se asocia a alteraciones en los patrones de transmisión de enfermedades vectoriales o transmitidas por roedores o a través del agua, así como en las intoxicaciones causadas por el pescado o el marisco.
  • Los sistemas de alerta temprana y las medidas preventivas pueden ayudar a mitigar el efecto de las condiciones meteorológicas extremas que se ven exacerbadas por el ENOS. 

Generalidades

El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) es un fenómeno climático natural a gran escala que conlleva fluctuaciones en la temperatura del océano en las regiones central y oriental del océano Pacífico ecuatorial, además de cambios en la atmósfera suprayacente. El Niño y La Niña son los componentes oceánicos, mientras que la Oscilación del Sur es el componente atmosférico, de ahí el nombre de El Niño-Oscilación del Sur (ENOS). El ENOS se da en ciclos irregulares de entre 2 y 7 años y consta de tres fases: El Niño, La Niña y una fase neutra. El Niño se caracteriza por un periodo de calentamiento de la superficie del mar y la consiguiente supresión de la corriente de agua fría rica en nutrientes en la costa del Perú y el Ecuador, y suele durar entre 12 y 18 meses. La Niña, en cambio, se caracteriza por un periodo en el que la temperatura en la superficie del mar es inferior a la media en las regiones central y oriental del océano Pacífico y una intensificación de los vientos de superficie predominantes de este a oeste. 

El ENOS y el clima

Los efectos de cada iteración del fenómeno de El Niño/La Niña varían en función de la intensidad, la duración, la época del año en que se produce y la interacción con otras formas de variabilidad climática. No todas las regiones del planeta se ven afectadas, e incluso dentro de una misma región las consecuencias pueden ser diferentes. Además del aumento de las temperaturas globales, los efectos más comunes de El Niño a nivel regional son los siguientes:

  • África: condiciones más secas en África austral y en algunas zonas del Sahel; condiciones más húmedas en África Oriental ecuatorial durante la breve temporada de lluvias (entre octubre y diciembre);
  • Asia y el Pacífico y Asia Central: precipitaciones menos abundantes en Asia Sudoriental y Meridional; condiciones más húmedas en las islas del Pacífico central- oriental y en toda la cordillera del Hindu Kush, en Asia central; y
  • América Latina: condiciones más secas en el norte del Brasil; fuertes precipitaciones en Centroamérica, el norte del Perú, el Ecuador y la zonas norte y sudeste de América del Sur. 

El Niño y las precipitaciones – mapa (en inglés) 

Los efectos de La Niña tienden a ser opuestos a los de El Niño, con unas temperaturas globales más frías que afectan a las regiones de la siguiente manera:

  • África: condiciones más húmedas de lo normal en África austral; condiciones más secas de lo normal en África Oriental ecuatorial (de diciembre a febrero);
  • Asia y el Pacífico y Asia Central: precipitaciones más abundantes de lo normal en países como Indonesia, Malasia y Filipinas; disminución de las precipitaciones en Asia Central (de enero a mayo); y

América Latina: condiciones más húmedas de lo normal en el norte del Brasil; condiciones más secas de lo normal en las costas del Pacífico central y oriental; una temporada de huracanes más activa en el Caribe. 

La Niña y las precipitaciones – mapa (en inglés) 

Consecuencias para la salud

Se ha observado que los fenómenos del ENOS influyen en la incidencia a escala local de enfermedades transmitidas por vectores, la exposición al humo de los incendios forestales, el estrés debido al calor y los efectos en la salud y en la nutrición relacionados con las sequías.

Las relaciones que se observan entre el ENOS y las consecuencias para la salud no son lineales o inequívocas, sino que dependen de la intensidad del ENOS, la época del año y otros factores. Las consecuencias tienden a ser más intensas en los países menos desarrollados, donde la población tiene una capacidad limitada para afrontar las situaciones y, a menudo, es más vulnerable a los efectos de una climatología extrema. Los medios de subsistencia de estas poblaciones suelen depender en gran medida de los recursos naturales y de las prácticas agrícolas de secano, y sus hogares normalmente no están preparados para hacer frente a fenómenos meteorológicos extremos. El acceso a la atención de la salud, a agua segura y potable y a unas instalaciones de saneamiento adecuadas puede verse limitado; y a menudo ya están presentes enfermedades infecciosas cuya aparición viene determinada por las condiciones ambientales. 

Enfermedades transmitidas por vectores

Los vectores, por ejemplo, los mosquitos, responsables de la transmisión del paludismo, el dengue y la fiebre del valle del Rift son sensibles a los cambios en la temperatura, las precipitaciones y la humedad, que determinan la viabilidad de los ecosistemas para la reproducción, el desarrollo y la actividad de los vectores.

Paludismo

Los efectos de los ENOS en el paludismo son más pronunciados en las áreas epidemiógenas donde, por lo general, las condiciones climáticas no son idóneas para que los vectores se reproduzcan durante todo el año. Los pequeños cambios en las condiciones climáticas en estas zonas podrían llegar a hacer que hábitats en los que, en condiciones normales, los mosquitos no podrían transmitir el paludismo se conviertan en hábitats donde esto es posible, o prorrogar temporalmente el periodo de vulnerabilidad a esta enfermedad. Las consecuencias del ENOS en los patrones de precipitaciones y temperaturas influyen en el efecto de este fenómeno en el paludismo. En las regiones secas, unas precipitaciones intensas pueden crear charcas de agua mientras que, en las húmedas, las sequías pueden provocar reservorios de agua estancada. Ambas situaciones pueden propiciar la aparición de nuevos criaderos de mosquitos. El descenso de la inmunidad que los habitantes de estas nuevas áreas propensas al paludismo han adquirido a lo largo del tiempo puede acentuar el riesgo de brotes. Se han encontrado pruebas de la relación entre el ENOS y el paludismo en África austral, Asia Meridional y América del Sur. 

Contaminación atmosférica

Las condiciones de las sequías relacionadas con el ENOS pueden aumentar el riesgo de incendios forestales y la consiguiente contaminación por humo a escala local o transfronteriza. La inhalación del humo de los incendios es un grave problema de salud pública que provoca enfermedades respiratorias y otros efectos nocivos. 

La sequía de 1997 vinculada a El Niño contribuyó a la agudización de los incendios forestales en el Brasil, Indonesia y Malasia. En 2015, los incendios forestales agravados por las sequías relacionadas con El Niño afectaron a la calidad del aire de seis países de Asia Sudoriental, entre ellos Indonesia, donde se declaró un estado de emergencia dado que la calidad del aire era peligrosa. 

Calor extremo

Toda transición de La Niña a El Niño provocará probablemente un aumento de la temperatura media de la superficie, y estas tendencias contribuirán a episodios de calor extremo en el Hemisferio Sur. La influencia conjunta del calentamiento debido a El Niño y del aumento de las temperaturas en todo el mundo como consecuencia del cambio climático aumenta las posibilidades de episodios de calor extremo en muchas regiones, y crea unas condiciones que son mortales para millones de personas.

Más información sobre el calor y el cambio climático (en inglés)

Sequía e inseguridad alimentaria

La producción alimentaria es extremadamente sensible a las condiciones climáticas, por lo que las sequías relacionadas con el ENOS y las fuertes precipitaciones pueden poner en peligro la seguridad alimentaria. Algunas de las peores crisis alimentarias han estado relacionadas con el ENOS.

  • La crisis alimentaria mundial de 1982 a 1984, una de las más graves que ha habido, también estuvo relacionada con El Niño, en particular, las hambrunas que afectaron a las poblaciones del Cuerno de África y el Sahel.
  • El Niño desencadenó la sequía de 1991 y 1992 en África austral, que afectó a casi 100 millones de personas.
  • En el Perú, un estudio constató que, entre otros factores, la estatura y la masa muscular medias de los niños nacidos durante el episodio de El Niño de 1997 y 1998 y años posteriores estaban por debajo de lo que cabría esperar para su edad y su sexo de no haberse producido El Niño.
  • El llamado episodio triple de La Niña, ocurrido entre 2020 y 2023, trajo consigo tres años consecutivos de sequía en Etiopía, Kenya y Somalia, y provocó una grave hambruna que afectó a millones de personas.
  • Las sequías en el Brasil, el noreste de China, Indonesia, las Islas Marshall, Papua Nueva Guinea y Filipinas también se han asociado al ENOS. 

Preparación en materia de salud

Es posible predecir los fenómenos ENOS con cierta fiabilidad varios meses antes de que se produzcan, lo que permite a los meteorólogos preparar pronósticos estacionales más precisos. La previsibilidad cada vez mayor de los fenómenos climáticos tanto a escala estacional como interanual puede ayudar a los planificadores y a los profesionales de la salud a anticiparse a los riesgos que el ENOS presenta para la salud, estar preparados para afrontarlos y darles respuesta. Por ejemplo:

  • En 2014, la información relacionada con el ENOS elaborada por el Instituto Internacional de Investigación sobre el Clima y la Sociedad para el colectivo de personas con paludismo en África Oriental aportó información oportuna para intervenciones de reducción de la transmisión del paludismo en zonas de alto riesgo.
  • Los países que están estableciendo servicios climáticos nacionales mejorados pueden compartir información sobre las consecuencias de ENOS en el pasado, sobre todo relativa a la distribución espacial y temporal de las precipitaciones y los cambios en la temperatura a nivel de distrito. 

Respuesta de la OMS

La OMS protege la salud humana de los riesgos relacionados con la variabilidad climática a través de sus programas sobre los determinantes económicos, ambientales y sociales de la salud, preparación y respuesta ante emergencias, prevención y control de enfermedades infecciosas, lo que redunda en las investigaciones en materia de salud y la evidencia a ese respecto y en el fortalecimiento de los sistemas de salud.

De acuerdo con los mandatos de la Asamblea de la Salud, la OMS apoya a los países en la tarea de desarrollar estrategias y planes de acción nacionales para crear unos sistemas de salud resilientes al cambio climático, a fin de mejorar tanto la labor de sensibilización como las evidencias acerca de los impactos en la salud del clima local. Este apoyo abarca también el fortalecimiento de la capacidad de los sistemas de salud para gestionar los riesgos para la salud derivados de climas extremos y del cambio climático.

En 2014 se creó una oficina conjunta de la OMS y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para el clima y la salud que presta apoyo a la OMS a la hora de mejorar la preparación en materia de salud y la toma de decisiones al respecto a través de un mejor uso de la información meteorológica y sobre el clima, entre otras cosas en relación con el ENOS.