De acuerdo.
Un hombre más bien bajo, de encorbada figura, entra a un edificio que reza sobre la puerta de entrada: "peligro de derrumbe". Ha leído el cartel, pero nada lo detiene. Avanza por los pasillos, la nariz le incomoda, son edores de roedores, fluidos corporales de aquellos que encontraron ahí su refugio. Pero nadie se asoma a ver al intruso. Frente a las escaleras se detiene, desvía la mirada a un candelabro que, quebrado por la parte superior, aún encendido, deja ver las consecuencias miserables de la Gran Depresión. Se encamina al segundo piso, logra vislumbrar algo ahí. Se escuchan ruidos de gatos en el exterior, también un perro y disparos. Los animales le asustan, los disparos son una costumbre adquirida, ya no les afectan. Al pie de la escalera encuentra un diario. En letras gruesas se aprecia el sinismo con que se trata el tema, la desconexión entre quienes perdieron sus yates, y quienes, todo.
Llega al pasillo y se saca el sombrero, así también lo que parece un abrigo. De su mochila saca un paquete, camina fijo hasta el fondo, donde una tenue luz se distingue en la oscuridad. Abre la puerta y...
Esto lo cree en unos 4 minutos.
Si te sirve como muestra de mi trabajo, creo que podemos hacer negocios.