dulce-agua

Cuento IV: Ciudad de Ángeles.Allá donde las luces son oscuras y el agua es sinónimo de muerte, donde los puentes cruzan los ríos congelados y las escaleras suben en espiral hacia los techos de piedra. Allá donde las miradas se confunden en opacos colores, hay una pequeña ciudad aislada por lagos de sangre. Pequeña y ajena frente aquella sofocante inmensidad, ningún nexo la ata con la indiferencia que se propaga afuera de sus grandes paredes. Oscura por fuera, pasa por un elemento más del egoísmo que la rodea. En su interior, en cambio, una luminosidad se extiende sin límites por todos sus rincones, las sombras no existen y los colores son ...