The Mandalorian

Esta entrega para la pequeña pantalla de la franquicia cinematográfica, que se sitúa en un universo reconocible de Star Wars pero cuenta una historia propia y única, es, en una palabra, genial. A diferencia de otros relatos recientes de la saga de la guerra de las galaxias que giran obsesivamente en torno a la historia de Han-Luke-Leia, The Mandalorian se ramifica con un personaje que se basa en una especie de huevo de Pascua de A New Hope (Una nueva esperanza) de 1977. Boba Fett era un personaje menor que inspiraba un gran misticismo; la elección de un personaje similar a Boba Fett para centrar esta serie es una elección acertada. Además, la serie tiene un aspecto increíble: se ha invertido mucho dinero en crear un mundo maravilloso, con criaturas que los fans reconocerán (Jawas, Kubaz y Kowakians, vistos por última vez riéndose desde el trono de Jabba the Hut), y nuevos personajes fascinantes por conocer.

El propio Mandaloriano es una especie de pistolero solitario que se abre camino en un mundo plagado de peligros. También es una figura trágica (se nos cuenta su terrible pasado, que sin duda se revelará en algún momento) y Pedro Pascal hace un excelente trabajo haciéndolo simpático a pesar de la desventaja de llevar una máscara. Al igual que otras entregas de Star Wars, The Mandalorian se adentra en el fanservice: los frikis de la franquicia se estremecerán de alegría cuando aparezca el "Día de la vida" de los ewoks, y está claro que el Imperio va a desempeñar algún papel en la historia. Pero, a diferencia de otras entregas que daban la sensación de estar dando vueltas a una historia cada vez más recargada, The Mandalorian resulta fresca y encantadora, justo lo que necesitan los fans que esperan la próxima película.