El lugar bueno (The Good Place)

Esta brillante novela es una exploración deliciosa y sorprendentemente profunda de las complejidades de ser bueno. Resulta que El lugar bueno es es una serie de amplias áreas suburbanas, cada una diseñada para satisfacer todas las necesidades de su población (¿no?) muerta y con vecinos seleccionados para armonizar entre sí. El vecindario celestial de Eleanor es un barrio de césped verde y tiendas de yogur (pero es que están por todas partes: "A la gente le encanta el yogur helado", se encoge de hombros Michael), con tiendas como el Almacén de Pequeños Animales Adorables y una casa que supuestamente está hecha especialmente para Eleanor, con una combinación de colores primarios y muchos dibujos de payasos.

Por supuesto, Eleanor no encaja ni en la casa ni en el vecindario ni en este paraíso y pronto su insolencia y egoísmo provocan consecuencias imprevistas. No quiere ir al Mal Lugar del que la gente habla oscura pero vagamente, así que su única opción es intentar mejorar lo suficiente para mantener su sitio en el vecindario. No es un planteamiento original, pero los chistes son divertidos (una lista de todos los que están en el Lugar Malo incluye a Elvis, Mozart y todos los presidentes estadounidenses menos Lincoln), y Bell conserva la actitud chulesca que la convirtió en una estrella de Veronica Mars, mientras que Danson irradia un atractivo a lo Willy Wonka. Todo confluye en una serie suave pero divertida, apta para toda la familia a partir de los preadolescentes.