Selma

Gracias a sus fabulosas interpretaciones, a su apasionante guión y a la importancia del tema que trata, Selma es una de las mejores películas jamás rodadas sobre el movimiento por los derechos civiles. Al igual que Steven Spielberg y Tony Kushner hicieron con Lincoln, la guionista y directora de Selma, Ava DuVernay, se centra en un momento muy concreto de la vida de una figura histórica legendaria, en lugar de hacer un repaso general de toda la vida de Martin Luther King Jr. El resultado es un drama importante sobre el racismo institucional que destaca por su alcance y relevancia que hoy en día siguen existiendo a nivel nacional. Oyelowo, que protagonizó el anterior largometraje de DuVernay, es británico, pero interpreta a la perfección al líder de los derechos civiles, y Ejogo es excelente como Coretta Scott King (ya la había interpretado en la aclamada película de HBO Boycott). Juntos ofrecen una imagen honesta y no idealizada de los King. DuVernay no pasa por alto el hecho de que el FBI vigiló a King y expuso sus infidelidades a Coretta. Pero sus defectos como marido, aunque merezcan ser mencionados, no le restan importancia a su obra.

Lo que resulta especialmente impactante de Selma es que no se trata de una película lúgubre y angustiosa (aunque hay algunos momentos casi insoportables en los que resulta difícil no llorar). Sí, hay supremacistas blancos gritando la palabra "N" y golpeando a manifestantes no violentos, pero también hay momentos de humor, como cuando King y un grupo aparentemente interminable de amigos acuden a casa de un predicador para que su mujer les cocine, o cuando Johnson le dice al gobernador de Alabama George Wallace (Tim Roth) exactamente lo que la historia dirá de él. Incluso hay romanticismo, como cuando los King bailan con sus galas del Premio Nobel. Además de Oyelowo, Wilkinson y Ejogo, destacan las interpretaciones de James como el joven John Lewis, Wendell Pierce como el reverendo Hosea Williams y Oprah Winfrey como una mujer que no puede registrarse para votar.