Siniestramente soberbia, se trata de un triunfo bien elaborado, fenomenalmente interpretado y artísticamente empapado que es mucho más responsable que la mayoría de las películas de villanos como personajes principales. Y, sin embargo, convierte en héroe a un criminal. Eso es lo que hay. Es fácil entender por qué Disney puede sentir que los elogios para el Joker y la bonanza de merchandising para Harley Quinn deben pertenecer a ellos: Iniciaron esta tendencia de reexaminar a los villanos con Maléfica en 2014. Pero el hada malvada de Angelina Jolie no era relacionable ni aspiracional, mientras que muchos jóvenes fans querían ser la vándala Harley Quinn. Al igual que muchas villanas cinematográficas anteriores, Cruella es retratada aquí como una incomprendida, el producto de intentar sobrevivir en un mundo frío e indiferente. Supera adversidades similares a las de Oliver Twist para encontrarse en una relación similar a la de Grandes esperanzas con su jefa, la baronesa von Hellman. Cuando el pasado que se ha esforzado por dejar atrás regresa con una venganza (literal), ella "estalla". Y se vuelve terriblemente glamurosa y rebelde. Deliciosamente interpretada por Stone, Cruella busca su venganza con un estilo tan aplastante que es fácil pensar que podría animar a algunos niños a abrazar su propio lado travieso.

Esa posibilidad se ve alentada por el hecho de que la película es simplemente genial, en todos los sentidos. La dirección artística parece sacada directamente de una sesión de Vogue, y la moda es fabulosa. Al igual que el punk rock se apoderaba de Carnaby Street en Londres durante los años 70, Cruella se enfrenta a las arraigadas sensibilidades de la alta costura a través de creaciones atrevidas, glamurosas e inspiradas en el rock, que se presentan con un desafiante desorden. La sólida banda sonora de la película está repleta de música icónica de los años setenta; resulta emocionante cada vez que empieza a sonar una nota. El guión es divino, y los actores parecen encantados con sus personajes. El narcisista diseñador de moda de Thompson es una creación ingeniosa, y el esbirro Horace, interpretado por Paul Walter Hauser, es a la vez auténtico y una brillante mejora. Otra modernización bienvenida: la introducción de más diversidad en el mundo de Cruella. Se retoman algunos momentos del clásico animado de 1961 (Cruella conduciendo temerariamente con Jasper y Horace en su gran Panther De Ville), mientras que el repugnante concepto de convertir a los perros en un abrigo se trata de forma satisfactoria. No hay duda de que es mucho más difícil contar una historia oscura sobre un héroe convertido en malo y mantenerla apropiada para el público más joven que adora el material original, pero la magnífica artesanía mostrada por el director Craig Gillespie demuestra que se puede hacer. Querida, ¡que empiece la moda del pelo blanco y negro!