Apolo 13

Además de la emocionante historia, las actuaciones magistrales y la impecable autenticidad técnica, esta película es una alentadora narración sobre el triunfo de los chicos inteligentes con reglas de cálculo. Debería llamarse "Inteligentes e incluso más inteligentes", un alivio en esta era de películas sobre personajes que triunfan siendo tontos. A pesar de que los espectadores saben que la misión del Apollo 13 salió bien, a pesar de que el material técnico es denso y la acción está confinada a un espacio más pequeño que un ascensor, la tensión es abrumadora, mientras los astronautas y el equipo de control de la misión en Houston intentan pensar cómo volver a casa. Se utiliza de todo, desde cinta adhesiva hasta la cubierta del manual de vuelo y uno de los calcetines de los astronautas, en esta historia pre-MacGyver, donde control de misión simplemente pregunta: "¿Qué es lo que funciona en esa nave?" y construyen a partir de eso.

La legendaria frase "El fracaso no es una opción", dicha por Gene Kranz, jefe de Control de Misión, cuando la mayoría estaba convencida de que los astronautas nunca regresarían, merece ser discutida. También lo son los cambios desde que tenías la edad de tus hijos. Observa que todos en Control de Misión son hombres blancos (y fuman todo el tiempo). Están asombrados de que una computadora sea lo suficientemente pequeña como para caber en una habitación. Y quizás tengas que explicar por qué los adultos que ven la película se ríen cuando los ingenieros sacan sus reglas de cálculo: para los niños de hoy, son más exóticas que un ábaco.