Avatar: The Last Airbender

Aunque el Avatar siempre busca primero soluciones pacíficas y no violentas, a menudo es necesario luchar en forma de "control" inspirado en las artes marciales, que utiliza los elementos (agua, fuego, tierra y aire) como armas. Los personajes que no tienen la habilidad mágica de doblar utilizan artes marciales convencionales, a menudo con armas que incluyen bumeranes, abanicos y dagas. El objetivo de la lucha es incapacitar, no matar, y los combates nunca son sangrientos. Pero las naciones están en guerra durante toda la serie, y los efectos de esa guerra se exploran a lo largo de la misma. Uno de los primeros episodios revela que una nación cometió un genocidio y, aunque no se muestran las muertes, sí las secuelas emocionales.

Los personajes adolescentes y preadolescentes se enamoran, pero nunca hay más que apretones de manos y simples besos.

El mundo de Avatar: The Last Airbender es ficticio, pero tiene muchas referencias a culturas del mundo real: El protagonista, Aang, y sus Nómadas del Aire se inspiran en los monjes budistas tibetanos; la Tribu del Agua de Katara y Sokka, en la cultura inuit; y las influencias de Asia Oriental y el Sudeste Asiático impregnan el Reino de la Tierra y la Nación del Fuego. (Cabe señalar que los actores de doblaje, directores y guionistas son en su mayoría hombres blancos). Hombres y mujeres son iguales en este mundo, y el único personaje sexista es rápidamente eliminado. La segunda temporada introduce un personaje ciego que se ha convertido en un modelo de representación de la discapacidad. Su personaje es tridimensional, y aunque su discapacidad la frena en algunas áreas, le da ventajas en otras gracias a cómo se ha adaptado a ella.