Words on Bathroom Walls

Un cínico podría ver en este filme otro drama juvenil para niños enfermos, pero gracias a un conjunto de talento, esta película sobre la mayoría de edad va más allá de la enfermedad mental y da protagonismo a la persona con un diagnóstico. Freudenthal, a partir de una adaptación cinematográfica de Peter McNulty, presenta la esquizofrenia de Adam como una especie de Inside Out viviente, con los tres personajes personificando diferentes rasgos de personalidad. Es una forma cercana de abordar el tema y acorde con el libro (con algunos retoques que funcionan mejor en la pantalla). Plummer y Russell -ambos maravillosos en Looking for Alaska y Waves, respectivamente- interpretan con matices y fuerza a Adam y Maya. Su amistad y posterior relación no se basan en la urgencia de una enfermedad terminal ni en ningún cliché típico de instituto.

Como muchas películas de adolescentes, Words on Bathroom Walls tiene una banda sonora convincente, esta vez cortesía del dúo de EDM The Chainsmokers, ganador de un Grammy, que compuso su primera banda sonora para la película. Los ritmos palpitantes reflejan las emociones de Adam y destacan especialmente cuando está contento (cocinando, con Maya o con su madre) o disgustado. Y el reparto de actores secundarios adultos es casi inesperadamente bueno para papeles tan pequeños. Hay que felicitar a los realizadores por retratar el estrecho vínculo entre Adam y su madre y por abordar las dificultades de crear una familia mixta. Parker siempre está maravillosa, y es un placer ver a Goggins, tan a gusto con pesados y canallas, interpretando a un tipo realmente bueno. Words on Bathroom Walls sigue demostrando que Hollywood es mucho mejor a la hora de realizar adaptaciones de calidad de literatura juvenil contemporánea de ficción realista que de aventuras de ciencia ficción y fantasía, mucho más difíciles de captar.