Sueño de amor (Maid in Manhattan)

La película Sueño de amor (Maid in Manhattan) es una mezcla tan satisfactoria de ingredientes predecibles. Cada aspecto de la película está diseñado y probado para cumplir a cabalidad las fantasías de una niña de 13 años y tocar su corazón. El resultado final es innegablemente agradable pero no especialmente memorable. Marisa es una heroína atractiva, amada por su hijo y sus compañeros de trabajo, leal, práctica y optimista. Sueña con ser más, pero eso no es nada del otro mundo; no es ambiciosa, ni segura de sí misma, ni centrada. Chris también sueña con más pero no es cobarde, como su asesor político. Todo está al nivel de un cuento de hadas, lo que significa que no se repara en realidades preocupantes como: ¿qué exactamente espera conseguir Chris como senador? o ¿cómo, exactamente, consigue Marisa un trabajo después de haber sido despedida por haber robado? Lo mejor y lo peor que se puede decir de la película, es que no hay sorpresas; ni malas, ni buenas.

Las comedias románticas son tan atractivas, tanto para los que recuerdan su propia experiencia de enamorados como para los que la esperan, que Hollywood sigue produciéndolas. Los elementos parecen tan sencillos: la heroína valiente pero vulnerable, el mejor amigo bromista, el héroe guapo que se queda boquiabierto ante el encanto y la belleza de la heroína, la complicación del segundo acto y el final con un "felices para siempre". Sin embargo, como el amor mismo, quizás, sea una meta que se busca más de lo que se obtiene, y el ingrediente clave para llegar a la meta es imposible de definir.