El coro

Todo cambió para el Detroit Youth Choir cuando actuó a nivel nacional en el programa America’s Got Talent y alcanzó un nuevo nivel de fama y éxito. Han avanzado mucho desde aquel puñado de chavales que ensayaban en el sótano de una pequeña iglesia. Sin embargo, tres años después, America’s Got Talent ya es agua pasada y la mayoría de los niños han crecido y han seguido adelante. Ahora, en esta nueva temporada, con un montón de niños nuevos y las audiciones en marcha, pasar al siguiente nivel está en manos de su director, Anthony White, que es el responsable de decidir quién pasa al siguiente nivel, de ofrecer nuevas oportunidades y escenarios en los que actuar y de que el DYC siga creciendo, tanto en Detroit como a nivel nacional.

Para el Detroit Youth Choir, algunas actuaciones son mejores que otras, pero todas otorgan al coro la oportunidad de mejorar, sin importar la concurrencia. Tras actuar en un pequeño centro de estudios con muy poco público, el coro consigue actuar en el prestigioso Institute of Arts de Detroit. Pero ¿dónde está Azaria? Desaparecida en combate, el señor White se cuestiona su compromiso con el coro mientras ella hace malabares con el baloncesto universitario y las crecientes exigencias del DYC. Mientras tanto, otros miembros del coro se esfuerzan por estar a la altura. Kaylen consigue hacer un gran solo, Uchechi y Kayla sueñan con subir al siguiente nivel, y Eric reflexiona sobre sus problemas de actitud. En medio de este caos, el señor White recibe una llamada en la que le ofrecen la mayor oportunidad que jamás ha recibido el coro.

Todos saben ya que le ofrecieron al Detroit Youth Choir actuar en uno de los lugares más prestigiosos del mundo: ¡el Carnegie Hall! Pero no todos los miembros del coro se subirán al autobús que los llevará a la ciudad de Nueva York. Tras una ronda especial de audiciones, solo cincuenta niños serán los elegidos que conformarán este grupo tan selecto. Todos, desde los noveles hasta los avanzados, tienen la oportunidad de mostrar de qué pasta están hechos. Este no es un concierto cualquiera para el DYC. Actuarán junto con coros universitarios de todo el país, así que deberán cantar música clásica, algo totalmente diferente a las mezclas de pop, R&B y gospel a las que están acostumbrados. El señor White lanza una bola curva a los aspirantes que desean ir al Carnegie Hall: van a tener que practicar, practicar y practicar.

Una vez decidido quién actuará en el Carnegie, es hora de empezar con el trabajo duro. El DYC tiene preparado un horario de ensayos riguroso, y el señor White trae a un director invitado para acelerar el proceso. La emoción de actuar en el Carnegie trae consigo una fuerte presión. Justo cuando los egos individuales deben dejarse de lado, los miembros del coro luchan entre sí por la atención, los solos y el protagonismo. El DYC prepara una sesión de baile y salud mental para animar a los niños a unirse y ser como una familia. Mientras tanto, el señor White pone en palabras la inmensa responsabilidad que conlleva su trabajo. Evidentemente, debe impulsarlos hacia la excelencia, pero, más importante aún, debe ser una figura estable en sus vidas. ¿Podrá el DYC evolucionar y unirse como equipo antes de esta oportunidad única en la vida?

Tras el ajetreo que antecede a la actuación en el Carnegie Hall, el DYC al fin está listo para lanzarse a la carretera. A pesar de su ocupada agenda llena de ensayos, y a pocos días del concierto, el coro tiene la oportunidad de experimentar lo que la Gran Manzana puede ofrecer. Los niños prefieren disfrutar de visitas turísticas, paseos en ferry alrededor de la Estatua de la Libertad, porciones de pizza y de un espectáculo de Broadway memorable. Sin embargo, el tiempo sigue avanzando y, entre las lecciones de música clásica y los ensayos eternos para aprenderse la coreografía, el coro parece estar saturado. Una visita sorpresa de las estrellas del espectáculo de Broadway “El rey león” y algunas palabras inspiradoras puede que sea lo que necesiten. El DYC está listo para mostrarle al mundo lo que Detroit tiene que ofrecer.

El DYC arrasa en el escenario del Carnegie Hall y recibe tal ovación que hasta el público asistente se pone en pie tras no dejar ni una butaca libre. Sin embargo, después del espectáculo, regresan a Detroit sin tiempo para celebrar la victoria. Bailes, graduaciones, futuros conciertos y otra ronda de evaluaciones les esperan en casa. Kaylen, Eric, Ryan y otros miembros del nivel avanzado se van a la universidad, así que ¿quién ascenderá y ocupará su lugar? Con otra evaluación en el horizonte, ¿podrán Kayla y Uchechi demostrar que están preparadas para entrar en el grupo avanzado o tendrán que seguir en el centro un año más? ¿Se decantará Azaria por el coro en lugar de por el baloncesto? Ahora que el Carnegie Hall ya es historia, ¿qué le depara al DYC?