Wild God

Wild God

Nick Cave afirma que puede ser peligroso mirar atrás y buscar el significado de la música que uno ha creado. “Es difícil saber qué estaba pasando en esos momentos de mi vida al escuchar algunos de mis discos”, le cuenta a Apple Music. “Pero los últimos tres materiales son impresiones muy claras de mi realidad hasta ahora. Estaba en un lugar muy extraño”. En los años posteriores a la muerte de su hijo Arthur, en 2015, el trabajo de Cave (en sus canciones, en los cálidos consejos de su blog, The Red Hand Files, o en la extensa conversación convertida en libro que escribió con el periodista Sean O'Hagan, Faith, Hope and Carnage) ha estado marcado por el dolor, al afrontar pérdidas inimaginables con otro grado de imaginación. Ha creado algunas de las melodías más notables y conmovedoras, en sus casi 50 años de carrera, destacando especialmente el minimalismo febril de Ghosteen de 2019, que pretendía que actuara como una especie de comunicado a su hijo, dondequiera que estuviera. Aunque Cave perdería a otro hijo, Jethro, en 2022, Wild God encuentra al cantautor de 66 años en un estado mental nuevo, maravillándose con la belleza que lo rodea, reuniéndose con The Bad Seeds, quienes, con la excepción del multiinstrumentista y compositor Warren Ellis, se habían alejado lentamente. Quien fuera alguna vez un símbolo de la antipatía pospunk, ahora está abierto al mundo como nunca. “Tal vez haya una sensación de que las cosas no importan de la misma manera en que lo hacían antes”, explica. “Me ocurrieron cosas terribles, el mundo me dio lo peor, pero de alguna manera me siento liberado de ese tipo de sentimientos. Wild God es mucho más festivo, alegre y vibrante porque la vida es buena, mejor”. Este álbum se siente como un abrazo, lo cual se puede escuchar en los primeros segundos de “Song of the Lake”, un remolino de sintetizadores ascendentes y bajos densos y masticables (cortesía de Colin Greenwood de Radiohead) sobre los que Cave cuenta una historia desgarradora que no se resuelve del todo. Como si sanar por completo o volver a estar juntos nunca hubiera sido realmente el objetivo de todo esto, de ser humano. El estado de ánimo del disco es, en gran parte, improvisado y libre, Cave se inclina hacia momentos de catarsis como un hombre que ha estado esperando por ellos. Ofrece ligereza (en la colosal y delirante canción que titula el material) y luz (“Frogs”, “Final Rescue Attempt”). En “O Wow O Wow (How Wonderful She Is)”, un tributo a la fallecida Anita Lane, su expareja creativa y romántica, evoca una sensación lúdica que habría parecido imposible hace unos años. “Creo que es simplemente un inmenso disfrute al tocar”, comenta sobre la influencia de la banda en este lanzamiento. “Creo que las melodías tienen oleadas de energía delirantes y extáticas, que fue lo que experimenté en el estudio cuando las grabamos. No nos lo tomamos demasiado en serio, aunque es un disco serio. Lo pasamos bien, lo disfruté”. Aunque no faltan tristeza ni oscuridad, “Joy” (alegría), el mejor momento del álbum, es un monumento al optimismo, un pensamiento radical. Durante seis minutos, suena suspendido en el crepúsculo, sacando palabras de la nada, con sintetizadores revoloteando, tarareando y parpadeando a su alrededor, así como notas de piano y trompeta que van y vienen como cometas. “Todas las personas hemos experimentado instantes de pena, ahora es la ocasión del gozo”, canta, citando a un fantasma que ha venido a su lado, un “niño en llamas” con tenis. “La alegría no significa necesariamente felicidad ya que es, en cierto modo, una forma de sufrimiento pues comprende la noción de dolor y son estos saltos extáticos momentáneos los que nos ayudan a salir de ese padecimiento por un instante. Es una especie de explosión de sentimiento positivo y creo que el material está lleno de eso. De hecho, el álbum en sí es justamente eso”, afirma Cave tras reflexionar. Aunque puede parecer un cambio total con respecto a sus predecesores más recientes, Wild God comparte una intención similar, una urgencia de comunicarse con sus hijos fallecidos, ir de este mundo al de ellos. Es posible que eso nunca se desvanezca. “Uno de los impulsos que tengo, es que me gustaría que mis hijos que ya no están con aquí sepan que Susie y yo estamos bien”, afirma Cave. “Creo que es por esa razón que, cuando escuché el disco de nuevo, se dibujó una gran sonrisa en mi rostro porque el material está lleno de vida y razones para ser feliz. Me parece que este álbum puede mejorar la condición de mis hijos, lo cual intento lograr con todas mis creaciones recientes”. Continua leyendo mientras Cave nos cuenta algunos aspectos destacados del álbum: Wild God “El título original del álbum iba a ser ‘Joy’, pero al final elegí Wild God porque pensé que la palabra ‘alegría’, en inglés, podría malinterpretarse de alguna forma. Este track se conforma por dos piezas de música unidas por la edición. Dado que este tema realmente no funcionaba del todo bien, Warren y yo pensamos durante un tiempo: ‘Busquemos que alguien más la mezcle’. Personalmente, me encantaba el sonido del trabajo de MGMT y The Flaming Lips pues tenía inmediatez. Entonces fuimos a Buffalo con las grabaciones y Dave creó una canción cada día, desapareció de la sala de control y la mezcló sin avisarnos. Fue muy extraño. Luego salió del estudio y dijo: ‘Entren y díganme qué piensan’. Sonaba muy diferente, quedamos impactados. Y luego, cuando lo volvimos a tocar, nos percatamos de que había cambiado todas las complejidades y majestuosidad de The Bad Seeds por puras emociones inequívocas”. Frogs “La improvisación y el ad-libbing siguen siendo la forma en que hacemos música. Este track es básicamente una canción para la que había escrito algunas palabras, pero ese día simplemente entré y comencé a cantar sobre esta pieza musical sin ningún conocimiento real del tema en sí. No hay una construcción formal, simplemente fluye de manera aleatoria. Hay una especie de libertad y misterio en ese tipo de cosas que me parece realmente convincente. La canté como guía, pero al escucharla de nuevo pensé: ‘Vaya, no sé cómo repetirla, parece que está hablando de algo mucho más allá de lo que la melodía inicialmente tenía por ofrecer’”. Joy “Este track fue grabado en una sola sesión improvisada sin que yo supiera lo que Warren estaba haciendo musicalmente. Está escrita con el mismo estilo indagador de cuando se hace una canción a una sola toma pues sólo canté melodías sobre un patrón de acordes. Intuyo que es una forma de blues, así que intento cantar con ese tipo voz, rimando como en la tradición de ese género”. Final Rescue Attempt “No íbamos a incluir este tema en el disco. Fue una adición tardía, que simplemente estuvo pendiente. Creo que Dave Fridmann dijo: ‘Mira, mezclé esta canción pero no la metieron en el álbum. ¿Qué diablos?’. En cierto modo, me parece un poco diferente, pero la melodía es sumamente hermosa. Supongo que era muy simple a su manera o, al menos, el primer verso describe literalmente la situación presente en el libro Faith, Hope and Carnage, cuando Susie decidió volver conmigo después de ocho meses más y regresó en bicicleta a la casa donde yo vivía. Es una representación de esa escena, así que tal vez me alejé de ella por esa razón. No lo sé, pero estoy muy contento”. O Wow O Wow (How Wonderful She Is) “En esta canción intento reflejar cómo era Anita Lane, el amor que le teníamos y la impresión que nos causó su muerte. En sus días, cuando estábamos juntos, ella era brillante, radiante, feliz, risueña y ardiente, mientras que nosotros éramos los hombres oscuros y drogadictos que la rodeaban. Yo quería escribir un tema que mostrara eso. En cierto modo, es un track hermoso e inocente”.

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