Este álbum representa la primera colaboración entre la soprano canadiense Barbara Hannigan y el pianista francés Bertrand Chamayou, y está dedicado por completo a la música de Messiaen. Los dos ciclos principales de canciones del compositor francés de los años 30, con textos del propio Messiaen, celebran la vida familiar. Primero, escuchamos Chants de Terre et de Ciel (Canciones del Cielo y la Tierra), de 1938, escritas después del nacimiento de su primer hijo, Pascal, seguidos por Poèmes pour Mi (Poemas para Mi), de 1936, siendo “Mi” el apodo de Messiaen para su esposa. La música de ambos ciclos está impregnada de la fe católica del compositor y, como él sugería, no sólo “brilla” sino que resplandece con un nivel de éxtasis que requiere una inmersión total y una identificación completa, algo que Hannigan y Chamayou logran plenamente en esta interpretación. Por último, La Mort du Nombre (La muerte del número), de 1930, presenta un diálogo entre dos almas, tenor y soprano, acompañadas de piano y violín. Junto a Hannigan y Chamayou aparecen dos jóvenes intérpretes excelentes. El tenor Charles Sy conmueve adecuadamente como el alma sufriente, mientras que la violinista Vilde Frang realiza una transición impactante de la melancolía oscura del principio al éxtasis transfigurado cuando hace dúo con Hannigan, culminando cuando el violín se eleva por encima del flujo de notas apasionadas de Chamayou.