Carrie Underwood tomó unos cuantos desvíos antes de grabar su noveno álbum, entre ellos My Savior, una colección de góspel que refleja su lado más introspectivo y con la que cumplió un sueño el año pasado. Ahora, Denim & Rhinestones marca el regreso de la estrella de “Before He Cheats” con himnos para cantar a voz en grito (“Pink Champagne”), feroces despedidas (“She Don’t Know”) y una saludable dosis de rock and roll (“Crazy Angels”). “Quiero pasarlo bien”, dice a Apple Music. “Quiero empezar a pensar en salir a la carretera, en las giras, en estar rodeada de gente otra vez y ver cómo funcionan las canciones en directo. Y eso es lo que hicimos. No le dimos demasiadas vueltas. Creamos música que te hace sentir bien, canciones que me gusta cantar y me divierte escribir”. Aquí, Underwood nos lleva por algunas de los momentos clave de Denim & Rhinestones. Pink Champagne “Es un tema divertido. La música suena superalegre, efervescente. Lo pasamos bien escribiéndola, todo salió muy fácil. Es una de esas canciones que te apetece cantar en voz alta”. Ghost Story “Me costó mucho cantarla. Fue la única que casi me hizo perder la paciencia cuando la estábamos terminando. Y eso es algo que nunca me pasa, porque soy capaz de cantar una canción todas las veces que haga falta cuando estoy en el estudio y siempre puedo seguir. Si no siento que la he clavado, me da igual que el productor me diga que la tenemos. Le digo que no, que todavía no he llegado a donde quiero, que aún me quedan fuerzas y quiero ver en qué la puedo convertir’. Pero ‘Ghost Story’ fue difícil. El momento más duro, sin duda”. She Don’t Know “Interpreto un personaje, que siempre es algo divertido. Sobre todo en un tema como ‘She Don't Know.’ Es una canción sobre infidelidad, pero tiene un elemento cinematográfico que es como una película en tu cabeza en la que ves a los personajes, a la chica con zapatos de tacón que va empujando el carrito por el pasillo del supermercado”. Garden “Ya había tenido un huerto antes, pero no le hice demasiado caso hasta que me encontré con un montón de tiempo libre en 2020. Es algo que me encanta por todo tipo de razones. Me gusta cultivar mi propia comida por cuestiones de salud, pero además hay todo tipo de metáforas que se te ocurren cuando estás en el huerto. Piensas en cosas como qué ramas están dando frutos y qué hacer con el resto, si las necesitas cortar porque no están aportando nada. Para mí, cultivar cosas es un milagro para el que cuentas con Dios. Empiezas con una semilla que no significa nada, la plantas, la riegas y se hace la magia. Es increíble”.