Madonna

Capaz de combinar estilos e imágenes de forma novedosa y rompedora, Madonna pasó por un par de bandas de new wave antes de lanzarse como solista y coronarse como una reina del pop en constante evolución. Prácticamente imbatible a lo largo de la década de los 80, publicó una serie de discos (Like a Virgin, True Blue y Like a Prayer) que, a día de hoy, siguen definiendo toda una era. Su música resultaba tremendamente accesible, pero su personalidad era muchísimo más compleja: podía ser estridente (“Material Girl”), dulce (“Open Your Heart”), sincera (“Papa Don't Preach”) y juguetona (“Like a Virgin”), demostrando una versatilidad que expandía enormemente el espectro emocional.En los años 90, Madonna puso el foco de forma mucho más explícita en la interacción entre sexo y poder (con los álbumes Erotica y Bedtime Stories, además de publicar el libro de fotos Sex), modernizando su sonido con toques de house, new jack swing y R&B. Con la misma velocidad con la que abrazó a su pecadora interna, a finales de los 90 cambió totalmente el rumbo, primero con su interpretación de la primera dama argentina Eva Perón en el álbum y la película Evita (1996) y después con Ray of Light (1998), álbum con el que se rebautizaba a sí misma como una artista madura y espiritual en un mundo caótico. A lo largo de las dos primeras décadas del siglo XXI ha seguido explorando la música disco y la electrónica y echando ocasionalmente la vista atrás hacia la música de baile de los 80, intentando no descolgarse de los nuevos sonidos sin dejar de ser siempre ella misma.La famosa coreógrafa Martha Graham le puso el apodo de Madame X, una mujer capaz de metamorfosearse y cuya identidad cambiaba constantemente. Casi 40 años después, Madonna recuperó ese alias con Madame X, álbum publicado en 2019 en el que refleja la influencia del fado típico de su nueva ciudad adoptiva, Lisboa (Portugal).