Short n' Sweet

Short n' Sweet

Algunas personas prefieren derrotar a sus némesis con amabilidad, pero Sabrina Carpenter, la estrella pop revelación del verano de 2024, eligió el camino opuesto al lanzar frases mordaces a sus exparejas en melodías ligeras, acompañadas de un guiño y una sonrisa. La exestrella de Disney Channel comenzó su carrera musical a los 15 años con su sencillo debut “Can't Blame a Girl for Trying” (2014). Diez años más tarde, la cantante y compositora está creando la música más pegajosa, divertida y honesta de su carrera, justo cuando el mundo entero la tiene en la mira. Pero en canciones como “Please Please Please”, en la que suplica a su novio que no la avergüence (otra vez), también se ríe de sí misma. “Lo que me encanta de este álbum es que asumo la responsabilidad de mis actos”, comenta a Zane Lowe de Apple Music. “Puedo llamarme la atención a mí misma tanto como a otra persona”. No es por ser “bajita”, como ella misma se describe, que Sabrina Carpenter ha titulado su sexto álbum Short n’ Sweet. “Pensé en mis relaciones pasadas, en cómo algunas de ellas fueron las que más me afectaron a pesar de su corta duración”, comparte en su entrevista con Lowe. “También reflexioné acerca de mis reacciones ante diversas situaciones pues a veces soy amable y otras veces, no tanto”. De esa introspección surgieron canciones como “Dumb & Poetic”, una balada acústica suave que al mismo tiempo es una crítica contundente a un tipo que enmascara sus tendencias cuestionables con palabras terapéuticas de moda y una colección de discos intelectuales. También está la ingeniosa y melódica “Slim Pickins”, en la que canta: “Jesus, what’s a girl to do?/This boy doesn’t even know the difference between there, their, and they are/Yet he’s naked in my room” (Dios mío, ¿qué puede hacer una chica?/Este muchacho ni siquiera sabe distinguir entre “hay”, “ahí” y “ay”/A pesar de eso está desnudo en mi habitación). Con humor y buen gusto (inspirada en Rilo Kiley y Kacey Musgraves, y agregando un toque de The Postal Service en “Sharpest Tool”), Carpenter reinterpreta el desamor desde la perspectiva de lo absurdo de la vida. “Cuando llegas a un punto en el que no puedes más, todo parece gracioso”, le cuenta Carpenter a Lowe. “Gran parte de este álbum se creó en esos momentos en los que simplemente no podía dejar de reírme. Y pensé que eso bien podría convertirse en una canción entera”. Carpenter escribió la mayor parte del disco durante un viaje de 11 días a un pequeño pueblo en la Francia rural, donde el aislamiento sacó a relucir su lado más honesto. Esto resultó en música con una vulnerabilidad sin precedentes y en una canción que, según admite, no debería funcionar en teoría, pero que, sin embargo, genera un impacto. “Espresso” fue el tema que impulsó su carrera con cuatro palabras deliciosamente extrañas: “That’s that me espresso”. “Realmente no hay reglas para lo que dices”, le comenta Carpenter a Lowe sobre el proceso de composición. “Simplemente piensas en algo que suena o se siente increíble y en lo que transmite la historia, sea cual sea”. Aún así, se ha visto en aprietos al pedir algo en una cafetería: “Sólo están esperando que lo diga,” se ríe. “Y yo simplemente pido un té”.

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