Friedrich es el principal representante del romanticismo alemán, que supone una vuelta a la naturaleza y al paisaje como expresión de los sentimientos de los personajes.

El pintor en este amanecer de Pascua, triste y desolado, pero de una gran belleza, en el que la luna aún ilumina el cielo, sitúa unos árboles sin hojas que enmarcan la escena a derecha e izquierda. En el centro tres mujeres avanzan hacia el sepulcro de Jesús, las llamadas “tres marías” evangélicas: María Magdalena, María Salomé y María Cleofás, con el ánimo tan abatido como el paisaje que las rodea.

Sus obras están cargadas de simbolismo: la luna se relaciona con la muerte, algo que obsesionaba al pintor que tuvo que sufrir muchas pérdidas en su familia durante su infancia, su madre y varios de sus hermanos, uno de los cuales murió ahogado cuando intentaba salvar al propio Friedrich que había caído en el hielo. El comienzo de la primavera simboliza la esperanza de la resurrección.

Fiedrich de ideología liberal, sufrió la invasión de Alemania por las tropas napoleónicas y su posterior división entre Prusia y Austria, restaurándose la monarquía y los gobiernos conservadores lo que le produce una profunda decepción. Es frecuente encontrar en sus obras alegorías al sentimiento nacionalista y antinapoleónico como el antiguo traje alemán que prefería a la moda afrancesada de la época.



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Text (a) Catalina Serrano Romero

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Author: JarekUploadBot
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