Esta obra es un magnifico ejemplo de la pintura holandesa del siglo XVII, de la que el Museo Thyssen posee una gran colección.

En este periodo cambian los temas y apenas aparecen escenas religiosas acorde a la corriente protestante que se ha impuesto en el país y que se mostraba poco partidaria de este tipo de representaciones sacras. Sin embargo hubo magnificas excepciones, como algunos cuadros de Rembrandt. Los temas preferidos de la pintura holandesa de esta época son los paisajes, los retratos individuales o de grupo, los bodegones, la pintura de interior y las marinas. De todos ellos tiene magníficos ejemplos el Museo.

El retrato de familia de Hals es uno de los más representativos de los llamados retratos de grupo. Muy original por estar realizado al aire libre y con una composición casi fotográfica, el pintor capta con gran naturalidad los gestos de los protagonistas. Los padres en el centro, cogidos de la mano y mirándose son un reflejo de felicidad conyugal. Destacan los detalles blancos de los encajes de sus vestidos, a la moda de la época. La hija lleva en su mano un abanico de influencia española, mientras el perro que aparece a su lado, se pega tanto que desordena su falda. Vemos detrás de ella a un muchacho negro, probablemente un esclavo, que la familia viste muy dignamente. Su pincelada suelta convierte a Frans Hals en uno de los precursores del impresionismo.



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Text (a) Catalina Serrano Romero

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